En los últimos años, la nube ha ganado popularidad como una solución flexible y escalable para alojar sistemas empresariales. Sin embargo, cuando hablamos de IBM i (AS400) en la nube, surgen muchas dudas y mitos sobre lo que realmente implica esta transición.
¿Es lo mismo que modernizarse? ¿Mejorará automáticamente el rendimiento? ¿Puedo seguir operando mis aplicaciones RPG y COBOL? En este artículo, despejaremos estas dudas y exploraremos las ventajas y consideraciones clave al migrar IBM i a la nube.
La nube, en términos sencillos, es el acceso a infraestructura de cómputo a través de internet en lugar de depender de servidores físicos propios. Para que un sistema IBM i pueda ejecutarse en la nube, es fundamental que el proveedor cuente con infraestructura IBM Power Systems, ya que IBM i no puede correr en servidores tradicionales basados en x86.
En un entorno on-premise, las empresas tienen servidores IBM Power en su propio data center, lo que implica mayor control pero también costos asociados a mantenimiento, licencias y actualizaciones de hardware. En cambio, en la nube, los recursos se pueden contratar bajo demanda, lo que ofrece mayor flexibilidad en costos y escalabilidad.
Antes de migrar IBM i a la nube, es importante entender los principales recursos de cómputo que afectan el rendimiento y los costos:
Estos factores influirán directamente en el costo del servicio en la nube, ya que los proveedores suelen cobrar en función del consumo de estos recursos.
Mover IBM i a la nube no significa automáticamente modernizar las aplicaciones. Si sigues usando programas monolíticos o bases de datos no normalizadas, solo estarás ejecutando lo mismo en un entorno diferente. La modernización implica optimizar código, bases de datos y procesos, no solo cambiar de infraestructura.
Muchas personas creen que migrar a la nube significa abandonar IBM i y cambiar a otra plataforma como Windows o Linux. Esto no es cierto. IBM i puede ejecutarse en la nube, siempre que el proveedor tenga infraestructura IBM Power Systems. Tus aplicaciones RPG, COBOL y DB2 seguirán funcionando igual, solo que en un entorno gestionado en la nube.
Aunque la nube reduce la necesidad de administrar hardware físico, sigues siendo responsable de la gestión del sistema IBM i. Esto incluye usuarios, seguridad, backups y optimización de rendimiento. Si no cuentas con un equipo especializado, puedes contratar servicios gestionados en la nube para delegar estas tareas.
Si tu aplicación ya es lenta en un entorno on-premise, seguirá siendo lenta en la nube a menos que optimices el código y la base de datos. La nube te da acceso a más recursos, pero el rendimiento depende de la calidad del software y la configuración del sistema.
Los proveedores de nube invierten en seguridad, pero esto no significa que tu sistema esté automáticamente protegido. La seguridad sigue siendo responsabilidad del cliente: necesitas configurar accesos, encriptación y monitoreo de actividad. Un mal uso de la nube puede hacerla más vulnerable que un entorno on-premise bien administrado.
A pesar de los mitos, hay ventajas reales en mover IBM i a la nube:
✅ Escalabilidad: Aumenta o reduce recursos según la demanda.
✅ Flexibilidad: No necesitas invertir en hardware costoso.
✅ Disponibilidad: Data centers con redundancia garantizan alta disponibilidad.
✅ Reducción de Costos: Pago por uso en lugar de compras de infraestructura.
✅ Respaldo y Recuperación: Facilidad para implementar Disaster Recovery.
IBM i en la nube no es una solución mágica que resuelve todos los problemas, pero sí ofrece beneficios en términos de escalabilidad, flexibilidad y costos.
Sin embargo, es fundamental entender las necesidades de tu empresa, optimizar aplicaciones y diseñar una estrategia de seguridad antes de dar el salto. La clave es ver la nube como una herramienta más dentro de una estrategia de modernización bien planificada.